martes, 27 de diciembre de 2016

Rumbos (2016)




Directora: Manuela Burló Moreno
España, 2016, 93 minutos

Rumbos (2016) de Manuela Burló Moreno


Parece lógico que una película coral, cuya acción transcurre simultáneamente en distintos lugares de Barcelona, lleve por título Rumbos: son los caminos de cada personaje, destinados a converger en un mismo punto. Aunque, a decir verdad, no todas las historias merecen la misma credibilidad. Y no lo decimos por Pilar López de Ayala (Lucía) y Miki Esparbé (Iván), que están muy bien en su rol de pareja con crisis repentina (a él le da por decir que Lucía no está realmente enamorada, que parece que todo le da igual...) Con ellos cae la primera ficha de un dominó cuyas consecuencias repercutirán a lo largo y ancho de toda la ciudad.

Pilar López de Ayala (Lucía): compuesta y sin novio

En cambio, a Karra Elejalde haciendo de taxista enamoradísimo de su mujer como que no... Con esa cara de sátiro que va muy bien para personajes con apellido vasco, pero que aquí... Que no, que no me lo creo: ya está. Y podríamos decir lo mismo de Ernesto Alterio haciendo de conductor de ambulancia: son actores a los que estamos tan acostumbrados a verlos en papeles de cínico que, de repente, escucharlos decir cursiladas romanticonas con cara de cordero degollado nos suena a chiste. El problema es que hablan en serio...

Aunque, volviendo a lo que es estrictamente la película, hay que señalar que nos ha recordado un poco, salvando las distancias, claro, a la Babel que González Iñárritu firmó (y filmó) hace ya diez años. Sólo que, en vez de a escala planetaria, los hechos suceden a escala barcelonesa. Por otra parte, es muy original diversificar una historia para que la acción se desarrolle en un taxi, un autobús, una ambulancia, un camión y dos turismos (¡vaya hombre: se han dejado la moto...!) Con esos planos aéreos nocturnos rodados mediante dron que hacen que la peli gane en intensidad dramática. Y la voz de Julia Otero sonando en la radio de madrugada como nexo en el que se engarzan las diferentes tramas. Mola.

En cuanto a lo de Carmen Machi como prostituta de carretera que se zampa una caja de bombones derretidos en la cabina de un tráiler, no acabamos de tener una opinión del todo formada: habrá quien diga que la actriz está soberbia (y tendrá razón) y habrá quien considere que la situación, con un Fernando Albizu coladísimo por ella, y, sobre todo, su desenlace carecen de verosimilitud (y también será un poco cierto). Así que mejor no pronunciarse al respecto y que cada cual opine lo que quiera.


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