Director: Sergio Cabrera
Colombia/España, 2004, 105 minutos
Perder es cuestión de método (2004) de Sergio Cabrera |
Quizá porque lo abandonó su chica; quizá por el terrible dolor que le producen las hemorroides que padece; tal vez porque es lector empedernido de Roberto Bolaño... Sea por lo que fuere, lo cierto es que enseguida comprendemos que el periodista Víctor Silampa (Daniel Giménez Cacho) es un perdedor nato: nos bastan apenas unos segundos al inicio del filme para llegar a tan terrible conclusión. ¿Qué otra cosa cabe pensar de un tipo que no sólo tiene un maniquí en el salón de casa, sino que además habla con él?
Por ahí se entiende que la película, basada en la novela homónima de Santiago Gamboa, se titule Perder es cuestión de método. En realidad, la frase la pronuncia el amigo loco de Víctor, atribuyéndola al escritor chileno Luis Sepúlveda, en el transcurso de una de las visitas que le hace al hospital psiquiátrico. Tiene, pues, un poco de cine negro y muchísimo de esperpento: ¿de qué otra forma, si no, se podría calificar al Coronel Moya y a su ridícula obsesión por comer y adelgazarse?
Porque la corruptela se encuentra tan enquistada en el seno de aquella sociedad, que no hay esfera de la misma, por reputada que parezca, que no se halle totalmente corrompida.
Pero al margen de cómo se adapta la imaginería del film noir a la realidad colombiana, uno de los aspectos simpáticos de la cinta es ese deje bogotano que tienen los personajes, plagado de momenticos y de vainas y que confiere a la historia, al menos a oídos de un español, un toque meloso a pesar de que lo que se cuenta no tiene nada de dulce.
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