lunes, 11 de julio de 2016

Un amor de verano (2015)




Título original: La belle saison
Directora: Catherine Corsini
Francia/Bélgica, 2015, 105 minutos

Un amor de verano (2015)

Nous, qui sommes sans passé, les femmes,
Nous qui n'avons pas d'histoire,
Depuis la nuit des temps, les femmes,
Nous sommes le continent noir.

Debout, femmes esclaves,
Et brisons nos entraves
Debout ! Debout ! Debout !

Que nadie se llame a engaño: a pesar de lo que pueda parecer viendo el cartel de la película, la historia de Carole y Delphine tiene poco de la morbosidad que rodeó al estreno de La vida de Adèle. En La belle saison, en cambio, lo que prima es el componente feminista, la recreación histórica de los movimientos de liberación de la mujer en la Francia del 71, al compás de proclamas como "mon corps m'appartient !" En ese sentido, puede ser calificado de filme de época y engagé a partes iguales. Posee, además, el atractivo de trasladar dicho espíritu reivindicativo al ámbito rural, a menudo ajeno a determinadas protestas que se desarrollaron esencialmente en los ambientes universitarios parisinos.

"Debout ! Debout ! Debout !"


Desde el principio, la relación que mantienen las protagonistas está condenada a fracasar, puesto que tanto la una como la otra pertenecen a mundos radicalmente opuestos: ni Delphine (Izïa Higelin) está dispuesta a deshacerse de la granja familiar ni Carole (Cécile de France) a cohibir ciertos impulsos a los que sería más fácil dar rienda suelta en la capital. Pero quizá por eso mismo se atraen. En ese aspecto, son más bien los convencionalismos sociales de sus respectivos entornos los que acabarán lastrando su historia de amor.

Sobre todo en el caso de Delphine, quien deberá hacer frente a la enfermedad de su padre y a la incomprensión de su madre (Noémie Lvovsky) y de sus vecinos. Carole es, por contra, quizá un poco más libre, aunque deberá superar igualmente el mal trago de dejar a su compañero Manuel: alguien muy progre en lo político, pero extremadamente retrógrado en lo sentimental.

Hay, a pesar de todo y siempre dentro de la lógica combativa de la película, una nota de esperanza al final de la misma, ya que, si bien cada una seguirá caminos separados, al menos ambas se habrán influido mutuamente: cinco años más tarde, Carole ha aceptado su verdadera sexualidad y Delphine, lejos de sucumbir al tradicionalismo de su aldea, ha sido capaz de independizarse.

Carole (Cécile de France) y Delphine (Izïa Higelin)

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