Título original: Le gai savoir
Director: Jean-Luc Godard
Francia/Alemania, 1969, 95 minutos
MI-SO-TO-DI-MAN
La gaya ciencia (1969) de Jean-Luc Godard |
Dos individuos en mitad de la nada (o de un plató de televisión a oscuras, según se mire): ese es el lugar elegido para que Patricia Lumumba y Émile Rousseau lleven a cabo una serie de disquisiciones a propósito de la relación existente entre cine y política. Ella es hija del Tercer Mundo; él, un descendiente lejano del autor del Emilio. De hecho, muchas de las cosas que dicen están extraídas de esa obra. Sin embargo, no se puede considerar que la película sea exactamente una adaptación del texto del filósofo suizo sino que este es más bien una fuente de inspiración.
En cuanto al título que finalmente le puso Godard a su filme (Le gai savoir), cabe decir que las connotaciones que posee remiten de nuevo al ámbito filosófico, puesto que así es como se llama una de las obras capitales de Nietzsche.
Sea como fuere, los personajes interpretados por los actores Juliet Berto y Jean-Pierre Léaud se darán cita a lo largo de siete noches para intentar dilucidar algo en este ensayo poético en el que, como es habitual en Godard, tienen cabida elementos de muy diversa procedencia e índole: desde Sonatas de Mozart o canciones revolucionarias cubanas (como el "Himno de las Brigadas Conrado Benítez", conocido también como "Himno de la Alfabetización", compuesto por Eduardo Saborit en 1961) hasta superhéroes de cómic, pasando por alusiones a Jacques Derrida o Edward Sapir e incluso a otros cineastas como Straub, Bergman, Antonioni, Glauber Rocha, Dreyer, Bresson o Bertolucci.
El tercero en discordia es el propio realizador, cuya voz en off nos bombardeará con continuas proclamas, datos y comentarios. solo matizados por el incesante ruido de las computadoras y demás parafernalia electrónica. Todo apunta irremisiblemente hacia un mismo objetivo: aprender a poner un cierto orden en el caos de imágenes y sonidos que nos rodean.
Patricia y Émile |
Rodada entre diciembre del 67 y enero del 68 en los estudios Bavaria, La gaya ciencia surgió del ofrecimiento que la ORTF (el extinto organismo de la televisión pública francesa) hiciera a Godard a raíz del éxito de La chinoise y Week End. Como las anteriores, se enmarca en la estela de las protestas estudiantiles que culminarían en los altercados del mes de mayo, siguiendo una estética muy marcada por movimientos de extrema izquierda e iconos como Mao o el Che.
Tras más de hora y media de intenso (y denso) metraje, Émile creerá haber dado con la solución a sus reflexiones: el neologismo misotodiman que, como por arte de magia, se le viene a las mientes. Patricia enseguida repara en que el término parece formado a partir de los vocablos méthode (método) y sentiment (sentimiento). He ahí, pues, el ideal, la piedra filosofal sobre la que construir un nuevo lenguaje cinematográfico: el cine del futuro deberá sentar sus bases en una combinación perfecta cuyo eje de ordenadas y abscisas serán, respectivamente, la cabeza y el corazón.
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