Título original: Viaggio in Italia
Director: Roberto Rossellini
Italia/Francia, 1954, 85 minutos
"Temple of the spirit.
No longer bodies, but pure, ascetic images,
compare to which
thought itself becomes leaden, opaque, heavy..."
Típicamente pudientes y refinados, los Joyce son un matrimonio inglés que viaja en coche a Nápoles para hacerse cargo de la villa que un tío fallecido les ha dejado en herencia. Aunque se percibe una frialdad en su relación que hace suponer que la pareja se ha distanciado. Katherine recita frecuentemente los versos de un joven poeta que al parecer la amaba y que murió en la guerra; pese a que ella no llegó nunca a corresponderle, su recuerdo pone de manifiesto que quizá echa algo en falta en su vida afectiva.
Sola, recorrerá los museos de Nápoles, recreándose en la fascinación que le sugieren las antiguas estatuas romanas, al tiempo que, paseando por las calles, se fija en cuántas mujeres están embarazadas; mientras, Alexander se relaja en Capri, donde coquetea con otras mujeres, aunque no llega a cometer adulterio. Con ella, él se muestra enormemente sarcástico; con él, ella suele ser muy crítica. Hasta que, finalmente, la situación llega al límite y Katherine y Alexander se plantean divorciarse.
Ante una estatua de Júpiter en el Museo Nacional Arqueológico |
Puede que, estadísticamente, sea en vacaciones cuando más separaciones se produzcan. De hecho, Katherine le confiesa a su marido que nunca habían pasado tanto tiempo juntos desde que se casaron. La convivencia fomenta las rupturas: he ahí una de las paradojas de las sociedades occidentales modernas que Rossellini supo captar magistralmente en esta película.
George Sanders e Ingrid Bergman |
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