Título original: Stromboli, terra di Dio
Director: Roberto Rossellini
Italia/EE.UU., 1950, 107 minutos
La escandalosa y mítica película que unió a Ingrid Bergman y a Roberto Rossellini: una prisionera que, para poder huir de un campo de refugiados, se casa por conveniencia con un pescador italiano; una inhóspita isla volcánica de tapias caídas y agrestes nopales; el asfixiante ambiente que allí se respira, dominado por las eternamente enlutadas comadres murmuradoras que condenan a la forastera y los hombres cerriles que la desean...
Stromboli es un film que destila belleza, la del encanto de la naturaleza indómita en la que se rodó, con la memorable escena de la pesca del atún como pequeña pincelada documental. Y todo comenzó tras recibir Rossellini una carta en la que Ingrid Bergman elogiaba su trabajo, confesándole que desearía colaborar con él:
Caro Signor Rossellini,
Ho visto i suoi film Roma città aperta e Paisà e li ho apprezzati moltissimo. Se ha bisogno di un'attrice svedese che parla inglese molto bene, che non ha dimenticato il suo tedesco, non si fa quasi capire in francese, e in italiano sa dire solo 'ti amo', sono pronta a venire in Italia per lavorare con lei.
Ingrid Bergman
Aunque los sectores más puritanos de Hollywood no le perdonaron a la actriz una relación semejante, estando como estaban ambos ya casados. Tampoco quedó muy satisfecha Anna Magnani, quien debía en un principio protagonizar la cinta. Si a ello le sumamos que la diva italiana había estado unida sentimentalmente a Rossellini se entenderá mejor el porqué. En todo caso, su "venganza" consistió en rodar una película de similares características y en los mismos parajes. Se tituló Vulcano (William Dieterle, 1950), si bien distó mucho de igualar en calidad a Stromboli.
Resulta verdaderamente una lástima que tales miserias empañaran el mérito de un film que con el paso de los años se ha ido revelando como una obra maestra del Neorrealismo italiano. Conmueve pensar que la mayoría de los actores que vemos en pantalla (Mario Vitale incluido) no eran profesionales sino pescadores de la zona. Lo cual demuestra que no hay mejor escuela que la vida para conseguir interpretaciones convincentes.
Karen no encaja en la tradicional sociedad insular |
Karen (Ingrid Bergman) y Antonio (Mario Vitale) |
Abrumada por el entorno tras la erupción del volcán |
Ingrid Bergman y Roberto Rossellini durante el rodaje |
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