Título en español: Venus y Flor
Director: Emmanuel Mouret
Francia, 2004, 76 minutos
Vénus et Fleur (2004) de Emmanuel Mouret |
Un poco como ocurría en Thelma & Louise (1991) o, mejor aún, en la española Hola, ¿estás sola? (1995), el planteamiento de Vénus et Fleur (2004) consiste en juntar a dos chicas jóvenes con personalidades diametralmente antagónicas pero que, por aquello de los polos opuestos que se atraen, acaban formando un tándem muy bien avenido. La obsesión de ambas pasa por encontrar al hombre de sus sueños y a ello se dedicarán durante el verano que pasan juntas en Marsella, en una casa a orillas del mar.
Vénus (Veroushka Knoge) dejó atrás su San Petersburgo natal en busca de un amor que se esfumó al llegar a Francia. Pero, aun así, no pierde la esperanza de volverse a enamorar. De ahí que se muestre abiertamente receptiva con la mayoría de muchachos que se cruzan en su camino. En cambio, la mucho más prudente Fleur (Isabelle Pirès) acoge en su casa a la trotamundos rusa cuando ésta acude a verla porque han intercambiado sus bolsos por error en la terraza de un bar.
« Le plus beau pays au monde est celui où vit mon bien-aimé » |
La irrupción en escena de un apuesto viajero llamado Bonheur (Julien Imbert) va a marcar un punto de inflexión en la apacible existencia de las dos amigas, ya que el tipo se deja engatusar primero por la sensualidad de Vénus para, gradualmente, sentirse cada vez más atraído por la serenidad de Fleur. Todo lo contrario que el sátiro que tienen por vecino, un individuo que responde al nada inocente nombre de Dieu (Frédéric Niedermayer) y que siempre parece dispuesto a intimar con ellas.
Pese a lo sencillo de su puesta en escena, Emmanuel Mouret propone una trama cuyos personajes responden a apelativos parlantes que denotan el rasgo más sobresaliente de sus respectivos caracteres. Así pues, Vénus, como la antigua divinidad romana, encarnaría la pasión amorosa desenfrenada, mientras que Fleur ('flor' en francés) personifica la belleza espiritual. Y, a su vez, ocurre tres cuartos de lo mismo con los varones, puesto que Bonheur significa 'felicidad' y Dieu (al que, por cierto, da vida Frédéric Niedermayer, productor habitual de los filmes de Mouret) vendría a ser el dios caprichoso de aquellos contornos.
Supongo que resultará entretenida.
ResponderEliminarLo es, siempre y cuando te interese el cine de autor con actores no profesionales.
EliminarReconozco mi casi completa ignorancia acerca de la filmografía de Mouret. Sin duda, has despertado mi curiosidad; por el argumento, parece Rohmer.
ResponderEliminarUn abrazo.
De hecho, Rohmer es uno de los referentes que siempre se traen a colación al analizar su filmografía (aunque Mouret no está muy de acuerdo con dicha comparación).
EliminarUn abrazo.
Hola Juan!
ResponderEliminarNo pinta mal. Aprovechare que ando con mas tiempo libre para ir poniéndome al día con las películas, aun así tengo muuuucho por ver...jeje
Saludos!
Bueno, yo creo que lo importante es ver lo que a uno le apetece en cada momento, sin agobiarse. Al fin y al cabo, no hay tiempo material para abarcarlo todo.
EliminarSaludos.