Directores: Laia Manresa i Sergi Dies
España, 2010, 98 minutos
Morir de día (2010) de Laia Manresa |
El siempre lúcido Pau Riba habla en un momento determinado de Morir de día (2010) de una "guerra contra el Sistema" en la que aquellos jóvenes, los que pululaban por la Barcelona underground de finales de los sesenta y primeros setenta, tenían todas las de perder. Sin embargo, el combate, pese a la desigualdad entre sus contrincantes, se llevó igualmente a cabo dejando tras de sí unas consecuencias que el presente documental (iniciativa, como en tantas otras ocasiones, del Máster de la Universidad Pompeu Fabra) analizaba desde un posicionamiento tan insólito como valiente.
Porque los muchos testimonios que van desfilando ante la cámara coinciden en señalar que la efervescencia artística y social que se hallaba por aquel entonces en pleno auge sería literalmente borrada del mapa a partir de la Transición y, sobre todo, con el posterior lavado de imagen a que fue sometida la ciudad con motivo de los Juegos Olímpicos del 92.
No obstante, si hay un elemento que define la estructura del relato hasta constituir la esencia del mismo es la lectura en voz alta de textos escritos por cuatro visionarios que tuvieron la mala fortuna de fallecer prematuramente por culpa de la heroína, una droga cuyo estigma, vinculado a la marginalidad, no se corresponde en absoluto con las inquietudes intelectuales de quienes la introdujeron en la capital catalana. Y así, las palabras de Juanjo Voltas (1960-1991), Pau Malvido (1948-1994), Mercè Pastor (1950-1995) y Pepe Sales (1954-1994) dibujan un escenario bastante preciso de lo que fue la contracultura.
Hay de hecho todo un sustrato libertario que se percibe de principio a fin de Morir de día, un proyecto bautizado con un verso de Vicente Aleixandre y que el cineasta Joaquim Jordà dejó esbozado poco antes de su muerte. Laia Manresa, coguionista de la mayor parte de sus últimos trabajos, fue la encargada, junto con el montador Sergi Dies, de darle forma con la mira puesta en dejar de lado falsos mitos para así reivindicar la herencia de una generación brillantísima a la que el sida y las sobredosis condenaron a un malditismo profundamente injusto.
Hay (o había) en Barcelona una tradición libertaria que quizá entronca con todo esto de lo que hablas.
ResponderEliminarProbablemente. De hecho, el documental incluye algún que otro fragmento de mítines anarquistas.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarMe lo veré con interés. Fue mucha y muy buena la gente que se quedo por el camino.
Saludos!
Por desgracia, así fue. Aunque esta película aborda también otros temas, como la utopía hippie y su posterior deriva.
EliminarSaludos.