lunes, 17 de julio de 2023

El empleo del tiempo (2001)




Título original: L'emploi du temps
Director: Laurent Cantet
Francia, 2001, 134 minutos

El empleo del tiempo (2001) de Laurent Cantet


Otra de las películas inspiradas en el caso verídico de Jean-Claude Romand, aquel individuo que, incapaz de asumir que había perdido su empleo, fingió ante su familia durante casi dos años que trabajaba para la ONU. Circunstancia que, en lo tocante a L'emploi du temps (2001), carece del desenlace trágico que tuvieron los hechos en la vida real. Sin embargo, ello no fue óbice para que Laurent Cantet y su coguionista Robin Campillo ahondasen en la psicología del personaje, magistralmente interpretado por Aurélien Recoing.

Cabe destacar que la Francia que aparece retratada en la película es la zona del interior, una región gris y provinciana, alejada del glamur parisino, cuyos hoteles de carretera conoce bien Vincent (Recoing). De hecho, son muchas las ocasiones en las que ni siquiera se hospedará, prefiriendo quedarse en el aparcamiento para dormir en el coche. Miserias que contrastan con el entusiasmo que su mujer (Karin Viard) e hijos le dispensan cada vez que el supuesto ejecutivo regresa al hogar.



Pero es que además de ocultar la verdad, el protagonista también se las ingenia para pegar algún que otro sablazo a los incautos dispuestos a creer en las lucrativas inversiones que promete llevar a cabo en Suiza. Y así más o menos va trampeando hasta que topa un día con otro más listo que él. Porque resulta que Jean-Michel, interpretado por el legendario escritor anarquista Serge Livrozet (1939-2022), se gana la vida con el "negocio" de las falsificaciones, de modo que, después de desenmascararlo, no tiene inconveniente en proponerle que sea su socio.

La curiosa reflexión a la que conduce el filme de Cantet tiene que ver precisamente con la doble moral de una sociedad que compra a mitad de precio relojes, camisetas o bambas de imitación, pero que en cambio se escandaliza cuando el fraude afecta a otros ámbitos más personales. A este respecto, resultan enormemente reveladoras las palabras del hijo mayor durante la cena familiar con Jean-Michel al jactarse de que si le ofreciesen unas Reebok por cuatro céntimos las aceptaría sin pensárselo dos veces. El mismo chaval que, un poco después, se sentirá enormemente contrariado ante la mentira paterna.



4 comentarios:

  1. Así de hipócritas nos hemos vuelto.

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    1. Es uno de los temas de una película que, además del caso particular del protagonista, esboza también algunos problemas de fondo de nuestra sociedad.

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  2. Hola Juan!
    Un titulo que desconocía como muchos de los que nos traes, gracias. Ese tema que planteas es de lo mas interesante y espinoso a la vez. A veces la puedes liar dejándolo caer (me ha pasado...) en alguna sobremesa familiar...
    Saludos!

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    1. Bueno, bueno, Fran: nunca dejas de sorprenderme con tus revelaciones. En fin, ya me explicarás con más detalle en alguna otra ocasión.

      Saludos.

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