Título original: Les amants criminels
Director: François Ozon
Francia, 1999, 96 minutos
Amantes criminales (1999) de François Ozon |
Inspirada libremente en personajes y situaciones que hasta cierto punto podrían considerarse una versión moderna de "Hansel y Gretel", Les amants criminels (1999) se sumerge, sin embargo, en un territorio oscuro y perturbador que bebe de referentes cinematográficos tan reconocibles como, por ejemplo, La noche del cazador (1955), Psicosis (1960) o, sobre todo, Bonnie and Clyde (1967), fusionando elementos de estos clásicos para crear una narrativa cautivadoramente desafiante.
A tal efecto, Ozon se sirve del suspense de una atmósfera inquietante para construir la tensión emocional que impregna cada escena de la trama, de tal modo que la película juega con imágenes oníricas ligeramente surrealistas, como si de un cuento de hadas se tratase, sumergiendo a los personajes en un mundo de pesadilla donde los límites de la realidad y la fantasía se difuminan.
Así pues, se expone el caso de dos adolescentes, Luc (Jérémie Renier) y Alice (Natacha Régnier), dispuestos a todo para satisfacer su amor prohibido. De hecho, la dinámica entre los protagonistas refleja la misma intensidad y pasión destructiva que caracteriza a otras célebres parejas de fugitivos inmortalizadas por el cine, si bien Ozon no teme explorar los aspectos más oscuros de la naturaleza humana, llevando al espectador hacia un terreno de consecuencias inesperadas y retorcidas cuyo epicentro se encuentra en una sórdida cabaña perdida en mitad del bosque.
En definitiva, con Les amants criminels Ozon lograba crear una experiencia cinematográfica aún imperfecta, cierto, pero donde, medio en broma medio en serio, ya se atrevía a desafiar las convenciones sociales (y sexuales) al confrontar al espectador con el lado más oscuro del deseo humano. Una obra fascinante, repleta de continuos saltos temporales, que no deja indiferente a quienes se adentran en su turbulento universo visual.
Seguro que algunos la encuentran excesiva, pero es así de desafiante el amigo Ozon.
ResponderEliminarTal cual.
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