Título original: The Men of Sherwood Forest
Director: Val Guest
Reino Unido, 1954, 77 minutos
Los hombres del bosque de Sherwood (1954) de Val Guest |
Además de películas de terror, la célebre productora Hammer también exploró otros géneros, como el cine histórico de aventuras. En esa línea, The Men of Sherwood Forest (1954) no sólo ofrecía al público, tras tantísimas aproximaciones hollywoodenses al personaje, un Robin Hood por fin cien por cien británico, sino que fue, asimismo, la primera cinta que la compañía filmaba enteramente en color.
Sin embargo, y a pesar de lo correcto de su puesta en escena (con excelentes exteriores rodados en las inmediaciones del castillo de Bodiam), no puede decirse que la dirección de Val Guest destaque precisamente por derrochar energía. Así pues, un espectador ávido del ritmo trepidante que cabría esperar de las hazañas de estos forajidos tal vez eche en falta algo más de convicción en los combates a espada o en sus incursiones a caballo a través de la espesura.
Robin (Don Taylor) ataviado como el trovador "Gilbert de Lancaster" |
Tampoco parece que Don Taylor, intérprete un tanto insulso que acabaría dirigiendo cuantiosas series televisivas, responda al prototipo de príncipe de los ladrones inmortalizado en su día por Douglas Fairbanks o Errol Flynn. Pero eso es lo que tienen las producciones de bajo presupuesto, por lo común orientadas a sectores de la audiencia no demasiado exigentes con este tipo de detalles.
En cualquier caso, baste decir que por lo menos Reginald Beckwith da vida a un fraile Tuck de lo más original, experto en dejar sin blanca a propios y extraños con un surtido repertorio de juegos de azar, entre los que destacan una versión primitiva de la ruleta (en la que, en lugar de números, se utilizan los signos del zodiaco), así como lo que él denomina "una serie de imágenes que muestran toda la caballería heráldica" y que no es otra cosa que una baraja de póquer. Por cierto que el propio Robin, en otra escena mítica, demostrará sus habilidades como trilero, haciendo de ésta una de las versiones más singulares de toda la saga.
Vamos, que tiene alguna cosilla de cosecha propia.
ResponderEliminarEso es: como si hubiesen querido darle a la trama un ligero toque cómico.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarPues me resulta interesante por lo que nos cuentas, esos detalles hacen que valga la pena plantarse ante la pantalla. Por cierto, esa falta de convicción en los combates a las que haces referencia esta muy presente en producciones de alto presupuesto y en grandes títulos del cine, en los planos generales tengo la manía de poner mis ojos en zonas de la batalla alejadas del punto de interés y a veces parece que estén haciendo de todo menos peleando...jeje
El poster una delicia, su aspecto me recuerda a una caja de juguete típica de décadas pasadas.
Saludos!
Hola, Fran:
EliminarSupongo que dichas "pifias", como tantos otros detalles que uno encuentra si se fija bien, forman parte del encanto de películas como ésta. Aunque, por otra parte, tampoco creo que nadie reparara en ese tipo de cosas en aquel entonces.
Saludos.