Título original: The Wizard of Oz
Director: Larry Semon
EE.UU., 1925, 72 minutos
Tomasín en el reino de Oz (1925) de Larry Semon |
A diferencia de la fantasía colorista que el cine sonoro sabrá ver en la obra cumbre de L. Frank Baum, la versión muda de The Wizard of Oz (1925) tiene más de intriga palaciega de opereta, con un marcado acento slapstick, que no de cuento de hadas infantil. Y no sólo porque el enfoque adoptado por Larry Semon y los herederos del escritor, fallecido en 1919, carezca por completo del encanto que sí sabrán darle los responsables de la Metro catorce años después, sino, sobre todo, porque renuncia voluntariamente a su esencia más singular, esto es, la magia como motor principal de la acción.
Así pues, ni el Espantapájaros es realmente un espantapájaros ni el Hombre de Hojalata está hecho de esa materia. Tampoco el león es tal, sino que se trata de Snowball (Spencer Bell), uno de los granjeros de Kansas, convenientemente disfrazado. Para ser exactos, ni siquiera la propia historia de estos personajes sucede "de verdad", puesto que es un viejo artesano, fabricante de juguetes, quien le lee el cuento a su nieta. Aunque también es cierto que en el musical del 39, la versión que eclipsaría a todas las demás, las azarosas aventuras de la Dorothy interpretada por Judy Garland no son más que un sueño.
Otra diferencia notable respecto al relato que todos conocemos reside en el hecho de que la parte que transcurre en la granja es mucho más larga y es una delegación del reino de Oz la que previamente se desplaza hasta Kansas. Además, resulta que tío Henry (Frank "Fatty" Alexander) no es el afable ancianito que cabría esperar sino un colérico individuo que siempre está de mal humor. Recurso, este último, mediante el que se apunta que la protagonista (encarnada por Dorothy Dwan, esposa de Larry Semon en aquel entonces), lejos de ser sobrina carnal de los grajeros, estaría llamada a ocupar un puesto relevante en la corte de Oz.
Pese a que aún tendría ocasión de trabajar en una decena larga de títulos, el fracaso comercial de la cinta precipitó, en cierta manera, la muerte prematura (con apenas 39 años) de su director y protagonista masculino. Un Larry Semon (1899-1928), popularmente conocido en España como 'Jaimito' o 'Tomasín', cuya carrera había comenzado junto a los no menos célebres Stan Laurel y Oliver Hardy (de ahí que este último intervenga en la película como uno de los granjeros, pretendiente de Dorothy) y que da muestras de su vis cómica a través de los graciosos apelativos con los que bautiza a algunos personajes. Así, por ejemplo, cuando se traslade a Oz, el orondo tío Henry pasará a ser el Príncipe de Whales ('ballenas'), en clara analogía fonética con Wales ('Gales').
Me chocaba un poco lo de "Tomasín" del título en español, hasta que has explicado quién es el protagonista y cómo se le conocía por aquí.
ResponderEliminarSe supone que en la España de los años veinte resultaba más comercial llamar a un cómico "Tomasín" que no por su verdadero nombre. Los tiempos, afortunadamente, parece que han cambiado.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarCon estas entradas sobre Oz me estaba acordando que fue precisamente "El mago de Oz" (1939) la primera película clásica que le puse a mi hijo Alex, debía de tener 8 años mas o menos, se quedo muy sorprendido y se la vio de tirón.
Al hilo de "Tomasin", no se si recuerdas el caso del concejal "Bartolin", fue allá por 1998, un asunto un poco extraño con un falso secuestro...
Saludos!
Es que tiene mucho gancho esa película: una obra maestra imperecedera. Tanto, que preferiría no mezclarla con un episodio tan cutre como el del tal Bartolín.
EliminarSaludos.