Título original: The Conquering Power
Director: Rex Ingram
EE.UU., 1921, 75 minutos
Eugenia Grandet (1921) de Rex Ingram |
Al debatirse en su nacimiento bajo los crespones del luto, aquel amor no hacía sino ponerse más en consonancia con la sencillez provinciana de aquella casa en ruinas. Cambiando algunas palabras con su prima al borde del pozo, en aquel patio mudo, permaneciendo en el jardincillo, sentado en un banco musgoso hasta la hora en que el sol se pone, ocupados en decirse grandes naderías o recogidos en la calma que reinaba entre la muralla y la casa, como si estuvieran bajo los arcos de una iglesia, Charles comprendió la santidad del amor, pues su gran dama, su querida Annette, no le había hecho conocer más que las turbadoras tempestades. En aquel momento sustituía la pasión parisiense, coqueta, vanidosa, brillante, por el amor puro y verdadero. Amaba aquella casa cuyas costumbres ya no le parecían tan ridículas.
Honoré de Balzac
Eugénie Grandet (1834)
Traducción de Luis Romero
La industria hollywoodense, siempre tan atenta a satisfacer los gustos de la audiencia, era capaz, en los lejanos días del cine mudo, de comenzar una película con una advertencia como la que sigue: "Commercialism tells us that you, Great Public, do not like the costume play. Life is Life, so we make our story of today, that you may recognize each character as it comes your way". Esto es: "El sentido de lo comercial nos dice que a usted, Gran Público, no le gustan las películas de época. La vida es la vida, así que hemos hecho una historia de hoy en día, para que ustedes puedan reconocer a cada personaje como si se lo cruzasen por la calle".
En efecto, los responsables de la Metro optaron por trasladar al presente la acción de Eugénie Grandet, el clásico que Balzac había escrito un siglo antes, para convertirlo en The Conquering Power (1921), un drama al más puro estilo romántico protagonizado por el célebre Rodolfo Valentino. Así pues, los intérpretes aparecen ataviados en todo momento con vestimentas que no desentonan respecto a la moda a la que estaban acostumbrados los espectadores de aquel entonces.
No obstante, son varios los cambios introducidos en el argumento, la mayoría encaminados a propiciar un happy end que respondiese a lo que se esperaba de toda película destinada al mero entretenimiento de las masas. En consecuencia, se acabará desvelando que Eugénie (Alice Terry) no es realmente hija de Monsieur Grandet (Ralph Lewis), detalle que sin duda aliviaría a los sectores más puritanos de una sociedad capaz de horrorizarse ante los amoríos entre dos primos. Además, Charles (el ya mencionado Valentino) no se olvida de su "prometida" tras partir en busca de fortuna, sino que es el avaro tonelero quien ha ido escondiendo las cartas que el apuesto parisino le enviaba a Eugénie desde los remotos rincones de África o de las Indias donde se hallase trabajando.
Aparte de dicho edulcoramiento, el resto de la trama se mantiene bastante fiel a la novela, si bien la ciudad de provincias donde transcurre la acción pasa a llamarse Noyant en lugar de Saumur. Aun así, la rivalidad entre los Cruchot y los de Grassins, siempre al acecho para que la rica heredera de case con alguno de los respectivos pretendientes, aparece perfectamente descrita, lo mismo que la enfermiza tacañería a lo Molière que aqueja al personaje del padre.
Hola Juan!
ResponderEliminarSe dice rápido pero ya son cien años los que tiene la película. Me fascinan estas fotos, diría que son documentos cada vez mas valiosos.
El ajetreo de las fiestas me tiene algo apartado del blog, varios fines de semana (que es cuando aprovecho para ponerme al día) fuera de casa y poco tiempo para ver cine a rienda suelta...jeje
Por si acaso no llego a tiempo aprovecho para desearte unas felices navidades.
Un abrazo!
Hola, Fran:
EliminarPues fíjate que, a pesar del siglo transcurrido desde que se rodase, la película mantiene intacto su encanto. Probablemente porque, como bien señalas, el paso del tiempo le ha añadido el aliciente de ser una reliquia del pasado.
Disfruta de estos días y que pases muy buenas fiestas.
Que extraña esa advertencia de intenciones ja. Bah, por lo menos es honesta con el producto aunque parezca innecesaria y puritana con los cambios que comentas.
ResponderEliminarDe paso te deseo una feliz navidad con los tuyos, abrazo grande!!!
Es honesta a partir del momento en el que le cambian el título, renunciando al gancho que supondría explotar la celebridad de la novela en tanto que clásico de la literatura universal.
Eliminar¡Muy buenas fiestas para ti también, JLO!
¡Qué buena advertencia! Me encantó.
ResponderEliminarDe Balzac leí "La piel de zapa", y me había gustado muchísimo en su momento, así que podría entrarle a "Eugénie Grandet".
Aunque por lo que vi en las dos versiones que reseñaste, es una novela que se adapta bien a guión de cine. Tal vez podría empezar por ver la última versión.
Felices fiestas, querido Juan
Abrazos
No me sorprende que te gustase "La piel de zapa", siendo la obra de uno de los mejores escritores de todos los tiempos. Pocos autores han captado como Balzac la esencia más profunda del alma humana.
EliminarBueno, Frodo: te deseo que pases una muy feliz Navidad en compañía de los tuyos.
Un fuerte abrazo.