Título original: Godzina bez słońca
Director: Paweł Komorowski
Polonia, 1955, 16 minutos
Una hora sin sol (1955) de Paweł Komorowski |
Una risueña melodía de acordeón ilustra las andanzas de tres espigados colegiales por las calles del centro histórico de Cracovia. Como no tienen en qué ocupar su tiempo, más allá de sentarse a tomar el sol, no tardarán en tramar alguna trastada. Que no es otra sino "robar" una pequeña talla medieval expuesta en el museo de la ciudad. Divertidos, y un tanto temerosos, esconden la pieza de arte entre las almenas de una vieja muralla para, a continuación, dedicarse a observar las reacciones del conserje y de la bella directora. Pero los remordimientos de conciencia se apoderan de los muchachos, quienes, cada uno por su cuenta, van a hacer lo posible por reponer la escultura en su sitio.
Intencionadamente o no, la puesta en escena de Godzina bez słońca (1955) responde a unos parámetros muy franceses (o, por lo menos, muy parisinos) que remiten de inmediato al cine de, por ejemplo, Jacques Tati. Lo cual no es óbice para que, al mismo tiempo y pese a su carácter plenamente polaco, anticipe, a su vez, el tono entrañable de inocencia juvenil que estará presente en Les mistons (1957), uno de los primeros cortometrajes de Truffaut. Al fin y al cabo, también Paweł Komorowski (1930–2011) era un debutante y de ahí, tal vez, las similitudes entre ambos.
Por último, vale la pena destacar la presencia de Polański como cabecilla del trío protagonista, un papel que interpretó con asiduidad en aquellos primeros años de actividad profesional, cuando apenas era un actor de reparto, a pesar de que por edad (ya rebasaba la veintena) no le correspondiese dicho perfil. Sin embargo, invariablemente ataviado con su pantaloncito corto y su cartera, se le ve muy creíble en todo momento.
Las corrientes cinematográficas se extendieron por Europa y, con características peculiares de cada lugar, es lógico encontrar similitudes.
ResponderEliminarEs posible: "el aire de los tiempos", lo suelen llamar.
EliminarHola Juan!
ResponderEliminarPues aquí Polanski me recuerda al protagonista de "Billy Elliot" (Jamie Bell), desde luego el bueno de Roman no paraba quieto...
Saludos!
Sí. De hecho, en alguna de estas películas juveniles lo he visto bailar (por ejemplo en "Fin de la noche") y no lo hacía mal el hombre.
EliminarSaludos.