Título original: Roman Polanski: Wanted and Desired
Directora: Marina Zenovich
EE.UU./Reino Unido, 2008, 99 minutos
Roman Polanski: Se busca (2008) |
"En Francia lo adoran y en América lo persiguen". O así, al menos, lo resumía uno de los testimonios que participaron en el documental Roman Polanski: Wanted and Desired (2008) dirigido por la estadounidense Marina Zenovich a propósito de la acusación que todavía hoy, más de cuatro décadas después de los hechos, aún pesa sobre el cineasta franco-polaco, imputado por haber mantenido "relaciones sexuales ilícitas" con una niña de trece años. Situación un tanto kafkiana que, al parecer (o por lo menos según la tesis central del filme), habría sido consecuencia de la complejidad del sistema judicial norteamericano, unida al afán de protagonismo del juez instructor del caso.
Aunque, por otra parte, también se hace especial hincapié en el destino aciago de un hombre perseguido por la tragedia desde su más tierna infancia. Alguien dotado de una personalidad magnética, capaz de ser el centro de atención sin proponérselo y, por ello mismo, blanco perfecto, a partir de un momento determinado de su vida, de la prensa sensacionalista de medio mundo. Sin embargo, ni el martirio de sus padres en los campos de exterminio nazi ni el brutal asesinato de su esposa, Sharon Tate, a manos del clan Manson pudieron doblegar el impulso creativo de un director tan exitoso como controvertido.
No obstante, parece ser que, al menos para una parte considerable de la opinión pública norteamericana, el que Polanski hubiese dirigido una película de temática satánica justo antes de que matasen a su mujer lo convertía en un personaje envuelto en una especie de leyenda negra. Algo así como un tipo bajito que, habiendo crecido en la monótona rigidez de un régimen socialista, estaba inevitablemente predestinado a convertirse, a su pesar, en un director de fama internacional y a la vez en el centro de envidias y rencillas.
Por último, pero no menos significativa, la presencia entre los participantes que dan su opinión sobre lo ocurrido de Samantha Geimer (la menor víctima de los supuestos abusos y hoy feliz madre de familia) aporta una nota todavía más absurda al caso, máxime si se tiene en cuenta que la mujer perdonó en su día a Polanski. De modo que la huida de este último, considerando la orden de busca y captura contra él que aún sigue vigente (lo que, en la práctica, se traduce en la imposibilidad de pisar suelo americano sin que su detención se hiciese de inmediato efectiva), terminó siendo la alternativa más plausible para un encausado cuyos derechos procesales no se habrían respetado plenamente.
La verdad es que la vida de este hombre, seguramente a su pesar, es como un folletín no exento de drama.
ResponderEliminarTeniendo en cuenta las actuales tendencias de la industria cinematográfica, es cuestión de tiempo que le dediquen un biopic. De hecho, Tarantino ya hizo algo parecido en "Érase una vez en... Hollywood"
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