domingo, 8 de mayo de 2022

Requiescant, descanse en paz (1967)




Título original: Requiescant
Director: Carlo Lizzani
Italia/Alemania/Mónaco, 1967, 103 minutos

Requiescant (1967) de Carlo Lizzani


Pues sí: Pasolini participó en un wéstern. Por extraño que hoy pueda parecer, el mismo poeta, cineasta e intelectual de altos vuelos que pasaría a la historia por la profundidad de sus reflexiones en torno a la alienación del subproletariado en las sociedades industriales tuvo a bien interpretar un papel en Requiescant (1967) de su compatriota Carlo Lizzani. 

De por qué aceptó semejante propuesta no se sabe gran cosa. En todo caso, considerando el carácter provocador de alguien a quien también se vio en más de una ocasión vestirse de corto para jugar al fútbol, cabe suponer que una audacia como ésta formaba parte de su fascinación por todo lo popular. ¿Y acaso hay algo más representativo de la cultura de masas que un subgénero cinematográfico de origen estadounidense sistemáticamente dedicado a sublimar la violencia y los valores del neocapitalismo?



En ese sentido, el personaje al que da vida le viene como anillo al dedo, ya que se trata de un sacerdote guerrillero de origen humilde dispuesto a tomar las armas para acabar con la tiranía de un sofisticado cacique local (interpretado por el hoy productor Mark Damon) que tiene atemorizada a la población de una aldea cercana a San Antonio. En papeles secundarios también encontramos a incondicionales del universo pasoliniano como su inseparable Ninetto Davoli o Franco Citti.

Por lo demás, ni el argumento de la película ni su puesta en escena se apartan gran cosa de lo que son las convenciones habituales del género: hay una típica muchacha de buena familia (la alemana Barbara Frey), a la que explota una red de trata de blancas, y un hábil pistolero (Lou Castel), hijo adoptivo de un predicador, al que su costumbre de desear la paz eterna a los difuntos le vale el extraño sobrenombre de Requiescant. Entre otras, destaca por su originalidad la escena de "el ahorcado", en la que el protagonista y su rival Dean Light (Carlo Palmucci) se retan a un juego de fatales consecuencias, así como el clímax de la campana desplomándose a modo de túmulo mortuorio. También las palabras que don Juan (Pasolini) pronunciará a continuación: "La guerra es horrible no porque muramos, sino porque matamos; no porque se mate a los hombres, sino porque se mata la piedad".



6 comentarios:

  1. Es lo que dices, le gustaba provocar, pero además, era amigo de sus amigos y si le pidieron interpretar un papel, seguro que también influyó eso.

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  2. Desde luego no esperaba encontrar a Passolini en un Spaghetti Western, aunque tampoco a Dirk Bogarde quien protagonizó una curiosísima película. Por si le quieres echar un vistazo:
    http://miquel-zueras.blogspot.com/2011/08/dirk-bogarde-en-un-extrano-western.html
    Saludos!
    Borgo.

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    1. "The Singer Not the Song..." Interesante. No la conocía. Gracias por descubrírmela. Saludos.

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  3. Muy curioso lo que cuentas. La película no la he visto, pero sí, puedo imaginarme a Pasolini actuando en un western. Saludos.

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    1. Y, como no podía ser menos, interpreta a un humilde párroco de ideas revolucionarias.

      Saludos.

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