sábado, 14 de junio de 2025

Mimosas (2016)




Director: Oliver Laxe
España/Francia/Marruecos/Rumanía/Catar, 2016, 97 minutos

Mimosas (2016) Oliver Laxe


El reciente éxito de Sirât (2025) constituye una ocasión propicia para recuperar Mimosas (2016), segundo largometraje que dirigía el gallego Oliver Laxe, tras su ópera prima Todos vós sodes capitáns (2010), y que guarda no pocas similitudes con su última propuesta cinematográfica. Ambas, de hecho, están ambientadas en Marruecos y tanto la una como la otra plantean una travesía a través de escarpados paisajes montañosos.

En el caso que nos ocupa, dicho recorrido oscila, además, en épocas distintas. O eso por lo menos es lo que se desprende de las imágenes, ya que la caravana que conduce los restos mortales de un venerable jeque hacia su morada definitiva parece pertenecer a un mundo ancestral que poco o nada tiene que ver con el bullicio un tanto sórdido de la ciudad de la que parte Shakib, el elegido para socorrer a los protagonistas en tan trascendental trance.



A decir verdad, no quedan muy claras las motivaciones de los personajes en un filme cuyos silencios prolongados pudieran recordar a los de, por ejemplo, algunos de los primeros trabajos de Albert Serra. Sin embargo, es el halo de misterio e incluso misticismo que desprenden los viajeros (como Ahmed, que según Shakib tiene mirada de líder religioso) lo que verdaderamente imprime vigor al relato. Asimismo, la quietud del paisaje, magníficamente captada por Mauro Herce, director de fotografía y colaborador habitual de Laxe, se acaba erigiendo en la auténtica fuerza motora de la puesta en escena.

La soledad de las cumbres resalta la tensión entre la fe y la duda, la materialidad y la espiritualidad, en la misma medida que la voluntad del anciano de ser enterrado junto a los suyos en Sijilmasa, un lugar tan remoto como mítico, simboliza la conexión con las raíces, la tradición y el retorno a lo sagrado. Por eso mismo, la travesía a través de las escarpadas laderas del Atlas representa un viaje tanto físico como espiritual, un espacio de aislamiento y purificación que se convierte en el escenario idóneo para la búsqueda de la trascendencia.



2 comentarios:

  1. Rodada con pocos medios, la fotografía, como señalas, es impresionante.

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  2. Una película extraordinariamente poética.

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